3021 W. Lyndale, construido alrededor de 1887 y originalmente conocido como 150 Johnston Ave. Foto de mayo de 2019.
Un regalo de navidad
En una noche de viernes en diciembre, lluviosa y fría, una mujer joven se dirigió de puntillas en silencio en la oscuridad hasta la casa en 3021 W Lyndale. Echó un vistazo por última vez al bulto en sus brazos y lo colocó cuidadosamente en la puerta, luego tocó el timbre y salió corriendo hacia la noche. El Sunday Chicago Tribune del 17 de diciembre de 1893 nos cuenta lo que sucedió después:
John y Caroline Stade habían vivido en su pequeña cabaña durante los últimos cinco años desde su matrimonio. Ambos tenían 36 años y no tenían hijos. En ese entonces John trabajaba como obrero.
Había muchos niños huérfanos y abandonados a fines del siglo XIX en Chicago. La migración urbana interrumpió las conexiones familiares y la pobreza o la enfermedad separaron a muchos niños de sus padres. Los niños sin hogar mayores se desplazaron al centro para trabajar como vendedores de periódicos o unirse a bandas de matones para sobrevivir. En 1850, el Chicago Foundlings Home se creó para cuidar a los niños que fueron abandonados por sus padres. A diferencia de los huérfanos, se suponía que los recién nacidos eran producto de una aventura ilícita o prematrimonial y tenían una mancha de vergüenza.
Chicago Foundlings Home, detalle de la ilustración de The Columbian World's Fair Atlas, por George Cram, 1893
John y Caroline Stade podrían haber optado fácilmente por llevar a la niña al Foundlings Home si decidieran que no podían permitirse el lujo de mantenerla o si no deseaban tener un hijo en sus vidas, pero al día siguiente, cuando un periodista los visitó, habían logrado la decisión de adoptarla. La niña tenía solo unos seis días. La llamaron Matilda, o Tillie para abreviar.
¿Quién era su madre y por qué eligió esta puerta para dejar a su hija? Ella pudo haber sido una adolescente de uno de los distritos de vivienda o una desafortunada empleada doméstica que trabaja en una de las mansiones de Wicker Park o cualquier otra posibilidad. Lo único que podemos adivinar es que no tenía otra opción para cuidar al bebé. En cuanto a por qué eligió esta pequeña cabaña en lugar de una casa más rica para confiar el futuro de su hijo, no tenemos idea. ¿Es posible que ella supiera que la familia Stade no tenía hijos propios?
El hermano de John, Charles Stade, y su esposa Dora vivían al lado en el apartamento de dos pisos en 2017, por lo que la joven Tillie tenía cuatro primos como compañeros de juego: Charles Jr., Emily y Anna, que eran mayores, y Emma, que era un poco más joven. Las dos casas se encuentran en amplios lotes con espacio abierto entre ellas, espacio para un jardín y para que jueguen los niños.
Cuando la escuela Darwin en Belden abrió sus puertas en 1900, la pequeña Tillie tenía la edad adecuada para unirse a los primeros alumnos de primer grado. Sin duda, los maestros y los niños estaban entusiasmados de sentarse en escritorios nuevos y sentirse parte de un nuevo comienzo en el vecindario.
Tanto las familias Stade como sus hijos continuaron viviendo en Lyndale después de que Tillie se graduó de la escuela. Ella encontró trabajo como secretaria en una oficina. La década de 1910, sin embargo, trajo una serie de tragedias. La tía Dora falleció en 1914 y su padre John en 1916. Luego, Tillie se enfermó y murió el día de San Valentín de 1919 a los 25 años. Su tío Charles murió tres días después. Quizás fueron víctimas de la temida pandemia de gripe española que mató a millones en todo el mundo, aunque los registros no especifican.
Lápida de Matilda Stade en Forest Home Cemetery. Fuente: Find-a-grave.com
La madre de Tillie, Caroline, vivió en la casa otros cinco años antes de fallecer. Sus primos solteros vivieron juntos al lado durante varios años antes de que cada uno se casara y se fuera.